viernes, 24 de julio de 2009

El embudo de la patronal





Acabamos de ver una vez más cómo, al salir de la Moncloa, la patronal blandía su embudo, ése con cuya "ley" quiere imponer sus recetas a los trabajadores y sus pretensiones empresariales al Gobierno. Cabe pensar que acudieron a la Moncloa, invitados a cenar por el presidente Zapatero, para hacer el paripé de que iban a negociar. A los patronos se les ha visto el plumero cuando, ante la oferta del Gobierno de rebajar 1,5 puntos las cotizaciones sociales, ellos van y suben el listón a un imposible 5%. Bonita manera de mostrar voluntad de acuerdo en el diálogo social. Eso es boicotearlo, como han dicho desde los sindicatos. Y más si siguen insistiendo, como han hecho entre plato y plato de la cena de "trabajo", en que en septiembre hay que retomar la reforma del mercado laboral. Erre que erre. Saben que de tanto ir el cántaro a la fuente... Todo es cuestión de insistir, y más percibiéndose en una posición de fuerza: el desempleo se ceba en los trabajadores, la presión social del paro actúa sobre los sindicatos, al Gobierno se le acaba el tiempo para lograr un acuerdo y tiene que tomar decisiones... Y ella, la patronal, tiene llaves que nadie le puede arrebatar y que pueden abrir y cerrar puertas económicas y también políticas (así lo piensa a buen seguro Rajoy, a quien otros le están haciendo el trabajo mientras él se mantiene pendiente de Bárcenas el "solitario").

Es difícil el diálogo social en tiempos de crisis. Habrá que seguir trabajando para lograr el ansiado acuerdo que el Gobierno trata de promover entre UGT y CCOO, por una parte, y CEOE y CEPYME, por otra. Pero exigiendo que se juegue limpio, que a las mesas con manteles a las que a la gente se le invite no se vaya con pringosos embudos dispuestos siempre para que a los demás les toque la parte estrecha. Si los representantes empresariales siguen acudiendo a cenas bienintencionadas con tales artilugios pensaremos que tras los platos bien despachados lo que les interesa de verdad son los bolsillos llenos. Quizá haya quien esté echando cuentas de por dónde pueden ir en el futuro los planes de pensión privados, si queda una Seguridad Social un tanto socavada en sus cuentas por las concesiones que ahora consigan arrancar las empresas de las cotizaciones sociales que deben pagar. Una cosa es que el Estado les ayude en momentos difíciles del mercado y otras que aprieten al máximo para incrementar los beneficios privados a base de costes públicos que además pueden repercutir sobre las pensiones futuras de los trabajadores de hoy. ¿No sería ofrecer empleo bajo una especie de chantaje?

En fin, un capítulo más de una vieja historia: capital y trabajo frente a frente, con un Gobierno mediando, que sabe que no puede ser neutral.

Y si esto fuera una carta dirigida a quien corresponda, una postdata con interrogantes podía ser: ¿quién hablaba por ahí de lucha (eso sí, civilizada) de clases? Hay quien lo sigue haciendo, en voz baja, aunque le llamen trasnochado y anacrónico, comprobando cómo muchos vienen a susurrarle al oído que sí, que es así, que lleva razón.

Fuente: http://argumentosptapias.blogspot.com/2009/07/el-embudo-de-la-patronal.html

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