martes, 21 de julio de 2009

El silencio conservador DIARIO PUBLICO

Es cierto que las palabras son necesarias, son fuente de conocimiento, explican la vida, descubren las claves del comportamiento, pero no podemos negar que, cuando los hechos son elocuentes, la mejor explicación es el silencio.

Es cierto que Rajoy y los del Partido Popular han leído la Biblia, donde uno de sus versículos reza: “Así se sentaron con él en tierra siete días y sietes noches y ninguno le hablaba palabra porque veían que su dolor era muy grande”.

El silencio, ante los casos de corrupción, se presenta como la prueba más fehaciente de su aceptación, su apoyo y su lealtad con aquellos compañeros de partido que son acusados. Los conservadores hacen de este silencio un arte, de su lealtad un compromiso y de la verdad una mentira.

Ojalá la justicia pronuncie las palabras inocente o culpable, pero, cuando se dicte sentencia, será el momento de recordar a Rajoy y a los suyos que su silencio fue el mayor cómplice de sus fechorías.

Pedro José Narváez Benítez y Juan Manuel Canle Durán / Cádiz

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