En solidaridad con los trabajadores despedidos del Diario.- Te levantas como cada mañana y acudes al trabajo, pero en el trabajo te espera una gran sorpresa: la empresa prescinde de tus servicios porque va a reestructurar aún no sabe qué departamento para ser más competitiva y en principio no cuentan contigo. Quizá más adelante. Se te queda cara de gilipollas. No sales de tu asombro. ¿Para eso tanto sacrificio? Te mienten. Al cabo del tiempo te enteras que te han despedido porque habías sido sindicalista, que en algún momento podías dar problemas. Creíste, iluso de ti, que entrando a trabajar en una empresa tan importante ya tenías el futuro asegurado para ti y para los tuyos. Te equivocaste. Confiaste en quien no debías. Creíste en las palabras huecas de quienes son profesionales de la mentira y el engaño. Y sufriste por ello. Noches sin dormir y una depresión de caballo. Pero lo más duro fue lo que sufrió tu familia. Todavía lo recuerdas y te tiemblan las piernas. Eso no lo vas a perdonar nunca. Desde entonces ya nada ha sido igual. Vives sin vivir en ti, aunque te has hecho fuerte con el dolor y ya nadie ni nada puede vencerte, por mucha influencia que tenga y por muchos cabrones que tenga en nómina. Los especuladores y los mafiosos pueden permitirse ordenar Regulaciones de Empleo pagadas con dinero de los contribuyentes, pero llegará el día en que lo pagarán muy caro. Todo llega. Hoy estás triste porque te has quedado sin trabajo y sin futuro. Todo pasa. Y no te olvides de esto: la empresa que prescinde de un buen trabajador en su plantilla para ahorrar costes, para ganar más dinero o por pura estrategia mercantilista, sin pensar en las consecuencias de su decisión, no merece la pena que tenga un futuro. Lo pagarán caro. Ya lo están pagando.
Fuente: http://www.cadizcentro.net/
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